Introducción
Si algo he aprendido durante mi formación como futura psicóloga escolar, es que detrás de cada conflicto en la escuela hay una historia que merece ser escuchada. Muchas veces vemos las discusiones, los gritos o incluso la violencia entre estudiantes, y lo primero que pensamos es: "ese niño está malcriado", "esa niña no tiene respeto", "los padres no se involucran". Pero, ¿realmente estamos viendo todo el panorama?
En nuestro país, los conflictos escolares están cada vez más presentes. Algunos se notan más que otros, pero todos, en menor o mayor medida, afectan la manera en que los estudiantes aprenden, se relacionan y se sienten dentro del espacio escolar. Y lo más preocupante: muchas veces no sabemos cómo manejarlos.
Este artículo nace desde esa preocupación, pero también desde la esperanza de que podemos hacer algo diferente. Aquí comparto mi visión personal, alimentada por lo que he aprendido en clase, por experiencias compartidas con mis compañeros, y por lo que creo que puede aportar la psicología escolar en la construcción de una escuela más humana.
Lo que pasa en nuestras escuelas: una mirada sin filtros
Quien ha estado dentro de una escuela dominicana sabe que no todo es color de rosa. Sí, hay maestros entregados, estudiantes brillantes y momentos lindos. Pero también hay gritos, empujones, burlas, discriminación, falta de respeto y mucha frustración acumulada. Y eso es lo que muchas veces no se quiere ver.
He sido testigo, durante mis prácticas y en conversaciones con docentes, de cómo un conflicto pequeño puede salirse de control. Una palabra mal dicha, un gesto ofensivo, una diferencia de opinión... y de repente tienes a dos estudiantes en plena pelea, o a un padre molesto reclamando a gritos en dirección.
Lo más triste de todo es que estos conflictos se repiten una y otra vez, y terminan afectando a todos. El estudiante que no quiere volver a clases, el maestro que ya no tiene paciencia, los padres que se sienten excluidos, y una escuela que deja de ser un lugar seguro.
¿Y cómo afecta todo esto al aprendizaje?
Mucho más de lo que imaginamos. Aprender no es solo memorizar datos, es también sentirse tranquilo, acompañado y valorado. Cuando un estudiante llega a clases con miedo o cargado de tensiones, su mente está en modo defensa, no en modo aprendizaje.
He visto cómo estudiantes con mucho potencial comienzan a bajar sus notas porque no se sienten bienvenidos. Otros prefieren guardar silencio para no meterse en problemas. Algunos se aíslan, y otros reaccionan con agresividad porque no tienen otra forma de expresarse. Todo esto influye directamente en su rendimiento, su autoestima y su motivación.
Los conflictos mal manejados hacen que el ambiente en el aula se vuelva pesado. Y cuando ese ambiente se mantiene por mucho tiempo, la calidad educativa sufre. Lo he visto, lo he analizado y, sinceramente, me duele.
Todos somos parte del problema… y de la solución
Una de las cosas que más me ha marcado en esta carrera es entender que nadie puede resolver estos problemas solo. Ni el psicólogo, ni el director, ni el maestro. Todos en la comunidad educativa tenemos una parte importante que jugar si realmente queremos mejorar la convivencia en nuestras escuelas.
Dirección y equipo de gestión
El liderazgo de un centro escolar marca la diferencia. Cuando un director escucha, da el ejemplo, promueve el respeto y apuesta por la mediación en vez del castigo, se nota. Es fundamental que desde la dirección se promuevan espacios de diálogo, no solo para resolver problemas, sino para prevenirlos.
Docentes
Admiro profundamente a los maestros de nuestro país. Muchos trabajan con pocos recursos, con grupos grandes, y aún así siguen ahí. Pero también sé que necesitan más apoyo. Su rol en la prevención de conflictos es crucial. No solo enseñan matemáticas o lengua, también modelan cómo relacionarse, cómo resolver diferencias, cómo comunicarse sin herir.
Las familias
Muchas veces se culpa a los padres por todo. “No educan”, “no se involucran”. Pero la realidad es más compleja. Hay familias que quieren ayudar, pero no saben cómo, o no se sienten bienvenidas en la escuela. Otras están atravesando situaciones difíciles. Necesitamos tender puentes, no levantar muros. La familia no es un enemigo, es un aliado indispensable.
Estudiantes
Hay que darles voz. Ellos también tienen ideas, soluciones y deseos de ser parte del cambio. La escuela debe ser un lugar donde puedan expresarse, aprender a resolver conflictos de forma sana y crecer como personas. He visto cómo iniciativas como la mediación entre pares, los clubes de convivencia y los círculos de diálogo les dan herramientas valiosas para enfrentar los retos del día a día.
Psicólogo y orientador escolar
Aquí es donde me proyecto a futuro. Nuestro rol no es solo intervenir cuando hay un problema grave. Es prevenir, acompañar, formar y crear espacios de escucha. Desde la psicología escolar, podemos promover programas de inteligencia emocional, trabajar con los docentes, brindar apoyo a las familias y —sobre todo— ser ese puente que muchas veces falta entre todos los actores.
Incluso la tecnología, como la inteligencia artificial que me ayudó a estructurar este texto (OpenAI, 2025), puede ser una herramienta útil para crear materiales, analizar patrones o inspirar ideas. Pero nunca podrá reemplazar la cercanía humana que necesitamos en una escuela.
Conclusión
Los conflictos en la escuela no son el fin del mundo. Pero sí son una señal de alerta que nos invita a actuar. No podemos seguir normalizando el maltrato, la indiferencia o el silencio. La escuela debe ser un espacio de paz, de crecimiento y de segundas oportunidades.
Como futura psicóloga escolar, sueño con contribuir a esa transformación. No desde una posición de superioridad, sino como parte de un equipo que cree en la educación como camino para cambiar vidas. Me comprometo a escuchar, a intervenir con respeto, a construir puentes y a seguir aprendiendo cada día, porque sé que los conflictos no desaparecerán, pero sí podemos aprender a vivir con ellos… y resolverlos con humanidad.
Fuentes:
Reflexión basada en experiencias propias, clases de Psicología Escolar y aportes grupales.
Asistencia en redacción e ideas mediante IA: OpenAI, 2025.
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